Evidentemente alguien se dió cuenta de que las cámaras y radares no sólo atrapan infractores, sino que también generan mucho dinero de forma no del todo legal para los municipios de turno y las empresas privadas que venden y administran estos equipos.
En el estado de Texas, en EEUU, se ha creado una iniciativa de ley para ser tratada en el congreso local que propone que “un municipio no podrá implementar u operar un sistema automático de control de tráfico, en una carretera bajo su jurisdicción. Bajo la expresión sistema automático de control de tráfico, se encuadran las cámaras, radar o láser automático o cualquier otro dispositivo para captar la imágen de un vehículo, conductor o placas y grabar su velocidad está ahora prohibido“.
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