El religioso José Rafael González Espinoza falleció el viernes, pero su cuerpo no fue recogido ni llevado a una funeraria a la espera de un milagro.
Luz Estela Pulido y sus tres hijas no han perdido ni la sonrisa ni el entusiasmo. Atienden a los periodistas con frescura, quizás porque el propio José les había advertido lo que iba a pasar: "Entró un ángel en mí y me lo dijo: Pídanle al Señor que las llene de denuedo que vendrán muchos periodistas", cuentan que les aseguró.
Será, según ellas, una resurrección física quizás momentánea, por pocos días, los suficientes para hacer una fiesta de regocijo.
Porque más adelante vendrá la verdadera resurrección, la espiritual. Tal y como ocurrió con Lázaro, vuelto a la vida por Jesús.
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