La conversión energética del gobernador de California resultaría excesiva incluso para una de sus películas: de mantener una flota personal de ocho Hummers ha pasado a ser uno de los más fervientes defensores del coche de hidrógeno. Al final Conan no va a ser tan bárbaro como él mismo nos quería hacer creer.
Arnold Schwarzenegger sueña con una autopista de hidrógeno que cruce toda California y más allá, hasta la ciudad canadiense de Vancouver.
Consciente de que una de las condiciones necesarias para allanar el camino a los autos de hidrógeno pasa irremediablemente por crear una extensa red de hidrogeneras, el “roble austriaco” (como era conocido en el mundo del fisioculturismo) intenta construir una serie de estaciones de servicio de hidrógeno a lo largo de toda la costa californiana.
La idea me parece fantástica; y si lo consigue habrá que empezar a pensar en un nuevo destino turístico: viajar a California para disfrutar del sol, la playa y la experiencia de dar largos paseos al volante de un coche movido por célula de combustible.
MotorFull
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